Imagina el siguiente caso.
Terminas tu entrenamiento de una hora. Un entrenamiento suave en el que no te has machacado mucho. ¿Qué programa te aplicas?
Vuelve a imaginar que has hecho un entrenamiento durísimo, te has dado una caña tremenda y quieres utilizar un masaje. ¿Cuál te pondrías?
Volvemos a utilizar la imaginación y después de un ultramaratón, de un triatlon o de una Quebrantahuesos, estás hecho polvo y quieres usar el electroestimulador para un masaje. ¿Cuál es mejor en este caso?
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