Nunca utilices tu electroestimulador de esta manera, podrías lastimarte

No tengo ninguna duda de que la electroestimulación es una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida deportiva y personal. Mejora mi función muscular, ayudándome a estar más fuerte y a recuperar en momentos que lo necesito.

Sin embargo, es crucial tener cuidado y utilizarla con precaución, como podrás ver en este artículo, ya que también puede llegar a causar daño.

La cara y la cruz de la electroestimulación

Es un gran aliado en mi rutina de entrenamiento, ya que me ayuda a alcanzar mi mejor estado físico cuando más lo necesito. Mejora mi fuerza y resistencia con sesiones muy cortas, disminuyendo el tiempo que he de dedicar al entrenamiento voluntario, y siempre dispone de programas para relajar y liberar la tensión de mis músculos fatigados.

La electroestimulación agiliza mi regreso a la normalidad en caso de lesiones y con frecuencia, la utilizo para reducir la tensión muscular en la espalda después de intensas jornadas de trabajo.

No obstante, al intentar exprimir al máximo esta “cajita de calambres”, a veces me encuentro con su lado menos amigable.

A lo largo de mis años de experiencia, he compartido contigo situaciones en las que no he podido conciliar el sueño adecuadamente debido al uso incorrecto de programas o intensidades inapropiadas. Mis errores en las secuencias de programas, pensando que me beneficiarían, resultaron contraproducentes, afectando mi descanso y recuperación.

En ocasiones, las agujetas han sido tan intensas que incluso me han obligado a subir escaleras de espaldas debido al dolor en los cuádriceps.

Todo esto no hacía más que retrasar mi progreso, ya que como es conocido por todo practicante de cualquier deporte, si no descansas, incluso el mejor programa de entrenamiento pierde eficacia.

Los músculos crecen y se fortalecen durante el sueño reparador.

Si durante varias noches no logras dormir profundamente debido a la intensidad o cantidad de entrenamiento, la mejor rutina de ejercicio del mundo no será de mucha utilidad.

La electroestimulación mal utilizada te puede hacer sangre

Mira esta foto y observa el efecto de abusar de la electroestimulación.

Se trata de una imagen de mi abdomen con un par de heridas provocadas por el electroestimulador.

Mi intención era definir abdominales en poco tiempo y no tuve la precaución de revisar si los electrodos estaban en buen estado o necesitaba cambiarlos.

Realicé 4 programas seguidos del Fuerza Resistencia, una hora en total y los electrodos quemaron literalmente mi piel.

¿Cuántos programas se pueden hacer seguidos?

Más de un mensaje me habéis enviado preguntando si se pueden aplicar dos programas seguidos de electroestimulación en una misma zona.

Como poder, claro que se puede, pero hay que tener en cuenta factores como calidad de los electrodos y el estado de la piel.

Si tu piel es sensible, debes de prestar mucha atención a la calidad de los electrodos.

Como alternativa a los electrodos, puedes usar fajas o cintas de electroestimulación. Estas tienen un área mayor de contacto con la piel, por lo que la electricidad no penetra tan concentrada en el músculo.

Es más cómoda que el electrodo, no se desgasta y evita situaciones como la que yo sufrí.

En este artículo trato en profundidad este asunto.

Las prisas no son buenas

Estas heridas son consecuencia de un abuso. No es lógico hacer 4 programas seguidos en la misma zona.

La impaciencia por obtener resultados rápidos me hizo retroceder.

Cuando estaba por el tercer programa, observé que mi piel adquirió un tono rojizo y me picaba un poco, pero no le presté atención y continué con mi objetivo.

Finalmente, la sensación de picazón se transformó en una herida dolorosa.

El resultado, un par de heridas que me impidieron realizar electroestimulación en la zona abdominal durante una semana, retrasando así mi objetivo.

No abuses de esta fantástica herramienta que es la electroestimulación. Utilízala con moderación y sobre todo, SIN PRISAS.

Una vez más se demuestra que QUIEN MUCHO CORRE, PRONTO PARA.

Correr demasiado puede llevarte a retroceder, en lugar de avanzar.

¡Sé feliz!

Pedro García.