Errores que comentes durante la rehabilitación: por qué puedes empeorar cuando ya te sentías mejor

Si has comenzado a utilizar un electroestimulador muscular o un aparato de magnetoterapia para tu rehabilitación y has experimentado una notable mejoría en los primeros días, pero tras tres o cuatro semanas has tenido un retroceso importante en tu progreso y sientes que vuelves al punto de partida, este artículo es para ti.

¿Por qué ocurre esto?

Te explico la razón de este fenómeno y cómo evitarlo.

La mejoría inicial puede ser engañosa

Al comenzar un tratamiento de rehabilitación con electroestimulación o magnetoterapia, es habitual sentir una mejoría rápida ya que los primeros cambios suelen ser muy positivos. Muchas personas recurren a estas terapias después de haber soportado dolor durante mucho tiempo, lo que ha limitado su actividad física. En estos casos, el miedo a moverse por temor al dolor suele llevar a evitar cualquier esfuerzo, tomando mucho reposo para no empeorar la situación.

Por eso, cuando inicias la terapia sientes un gran alivio. Los campos magnéticos y los impulsos eléctricos mejoran la circulación, reducen la inflamación y alivian el dolor, lo que permite recuperar algo de movilidad. En esta primera fase, la combinación de descanso con electroestimulación o magnetoterapia es vital para acelerar la recuperación.

El problema: las prisas por volver a la actividad

A medida que el dolor disminuye, muchas personas creen que están listas para retomar su rutina habitual. En algunos casos, con gran entusiasmo vuelven a realizar los mismos ejercicios que les causaron la lesión o incluso prueban actividades nuevas. Pero la impaciencia se convierte en el peor enemigo de la recuperación.

Introducir demasiado rápido movimientos o esfuerzos que el cuerpo aún no está preparado para asimilar, puede sobrecargar los tejidos en proceso de reparación. Como resultado, en pocos días reaparece el dolor y la inflamación.

Es en este momento cuando muchas personas me contactan preocupadas, diciendo que no han mejorado o que incluso se sienten igual o peor que al principio.

¿Por qué ocurre esto?

En un proceso de rehabilitación es fundamental entender que “sentirse mejor” no significa “estar completamente recuperado”. La rehabilitación es un proceso progresivo y el hecho de sentir menos dolor, no significa que los tejidos hayan sanado completamente.

Si añades más estrés del que tu cuerpo puede manejar durante la fase de rehabilitación, el equilibrio se rompe y vuelves al punto de partida, con la reaparición del dolor y la inflamación..

Piensa en tu rehabilitación como si estuvieras llenando un vaso con agua. La electroestimulación y la magnetoterapia actúan como un grifo que llena ese vaso, aportando alivio y ayudando a la recuperación. Sin embargo, si comienzas a añadir estrés e intentas hacer muchas cosas demasiado rápido, es como hacer un agujero en el vaso: el agua se escapa y todo el avance logrado se pierde.

La solución: paciencia y control

Para evitar este retroceso en tu recuperación, sigue estas recomendaciones:

• No te precipites en retomar la actividad física. Aunque te sientas mejor, tu cuerpo aún está en proceso de recuperación.
• Evita movimientos o ejercicios que provocaron tu lesión hasta que tu terapeuta o especialista te indique que es seguro volver a hacerlo.
• No combines electroestimulación con entrenamientos exigentes ni con ejercicios de carga o impacto ya que los tejidos pueden seguir frágiles y si los sobrecargas, vas a retrasar tu recuperación.
• Minimiza otras fuentes de estrés como jornadas laborales intensas, una mala alimentación, exceso de comida que no tomas habitualmente (dulces, alcohol o grandes cantidades de alimentos procesados y grasa) o la falta de sueño. Todo esto afecta los recursos que tu cuerpo necesita para sanar.

No cometas este fallo durante tu rehabilitación

Si en las primeras semanas de rehabilitación notas mejoría, no caigas en la trampa de pensar que ya estás completamente recuperado. Acelerar el proceso y exigir demasiado a tu cuerpo solo provocará un retroceso en tu recuperación. La clave está en respetar los tiempos biológicos y permitir que la sanación sea completa antes de volver a tus actividades habituales.

Y cuando inicies la actividad física, hazlo de manera progresiva.

Recuerda: estar mejor no significa estar curado. Si sigues estas pautas, evitarás retrocesos innecesarios y lograrás una recuperación más efectiva y duradera.

Sé Feliz

Pedro García